En Valencia con los suyos vivía el Campeador;
con él estaban sus yernos los Infantes de Carrión.
Un día que el Cid dormía en su escaños, sin temor,
un mal sobresaltó entonces, sabed, les aconteció:
Escapóse de una jaula, saliendo afuera, un león.
Los que estaban en la Corte sintieron un gran temor,
recogiéronse sus mantos los del buen Campeador,
y rodean el escaño en guarda de su señor.
Allí Fernando González, un Infante de Carrión,
ni en las salas ni en la torre ningún refugio encontró,
metióse bajo el otro...
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